
Cada vez que ella entraba él siempre la recibía de pie:
-“Bienvenida hija mía” decía y la besaba en la cabeza,
le sostenía las manos y la hacía sentarse a su lado.
Fatima (ra) trataba a su padre de la misma manera.
Así expresaba su amor por su hija:
-“Fatima es una parte de mi, quién la mortifique me está mortificando a mí.”
Una sociedad compuesta de personas que mataban a sus hijas con sus propias manos, cinco o diez años antes, los observaba comprendiendo cuan digno es una hija en realidad.
Ali (ra) y Fatima (ra) se acababan de casar y el Profeta Muhammad (sws) poniendo a ambos frente a él, dijo: -“OH, Ali, te estoy dando a mi hija como esposa, pero nunca olvides que tú eres el sirviente de ella."
(fuente: Libro EL PROFETA MUHAMMAD (saws) COMO PERSONA, Llegar a Conocerlo, a Amarlo)